Contempla a la diosa
en su aspecto de bruja.
El dios está de pie a su lado,
La tortuga se establece
donde el cuervo ha volado.
Son tus guías
en la edad en que entras.
Has transitado la infancia
el trabajo y los hijos
que han sido tu orgullo,
picos y valles, risas, calma y lágrimas.
A todos los has conocido, ahora déjalos aparte.
Ahora tu deber es la memoria,
enseña las cosas que aprendiste a los que te rodean
y no temas el invierno porque el alcance de la muerte
no es superior al de la nieve en el suelo.
Ponte el manto índigo y lleva tus arrugas
como una medalla valiosa.
Elizabeth Barrette
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