viernes, 22 de septiembre de 2017

MABON


Mabon, el primer día de otoño, es la cosecha principal y la época de agradecimiento de los celtas. Es también cuando la diosa Demeter perdió a su hija Perséfone a manos de Hades, el dios del inframundo, cuando las mujeres se separaron mientras recogían flores. Hades hizo prisionera a Perséfone en su mundo oscuro, mientras que Demeter, angustiada, la buscaba por todas partes, y los cultivos se marchitaban a medida que su dolor y su ira aumentaban. Finalmente, se dirigió a su hermano Zeus, el padre de los dioses y le rogó que interviniera. Él decretó que, puesto que Perséfone había comido seis semillas de granada mientras estaba en el inframundo, debía permanecer allí durante seis meses todos los años. Finalmente, ella llegó a gobernar el inframundo junto con Hades, reapareciendo sólo en primavera.

Algunas ideas rituales incluyen representaciones del mito de Perséfone, con semillas de granada incluidas, para recordarnos la inminente “estación de la muerte”. Nuestros festines pueden ser completos y abundantes, con nuestros platos preferidos elaborados con productos frescos de la zona. Una dulce tradición tanto para el ritual como para la mesa puede ser la de compartir una por una las cosas de las que estamos agradecidos al más puro estilo de acción de gracias y bendecir tanto la comida como nuestra compañía con las energías del agradecimiento.


-Thuri Calafia

miércoles, 6 de septiembre de 2017

HĀLIGMŌNAÞ (Mes Sagrado)


Después de que las cosechas de cereales llegaban a su fin, los anglosajones celebraban el mes sagrado (Hāligmōnaþ), que san Beda describe como “el mes de las ofrendas”. Para esa época, los cereales habían sido cosechados y almacenados, por lo que se hacían ofrendas a los dioses en agradecimiento por su generosidad. Cortaban paja y la traían desde el campo para elaborar tejados, cestos e incluso muebles.

Hāligmōnaþ es una época de agradecimiento. Reúne a tu aquelarre para una fiesta de la cosecha tradicional. El Equinoccio de otoño es el mejor momento para celebrar Hāligmōnaþ. Al menos algunos de los alimentos para la fiesta deberían provenir de tus propios jardines, y todo el mundo debería contribuir con algo a la comida. Si no es posible, trata de comprar frutas y verduras de productores de tu zona. Los mercados de agricultores son un buen recurso. Los alimentos locales, ya sean cultivados por ti mismo o por otra persona, te conectan con la tierra.

Si el maíz es una parte de tu festín, guarda las hojas para tejer con ellas muñecas de maíz. Pueden ser tan simples o tan complejas como quieras. Cada persona que asista a la fiesta puede llevarse una muñeca de maíz a casa y colocarla en su altar como recordatorio de las muchas bendiciones de la tierra.
-Alaric Albertsson



Imagen extraída de aquí: http://breakingthechains-nemesis.blogspot.com.es/2011/07/munecas-de-maiz-y-trigo.html

viernes, 1 de septiembre de 2017

SEPTIEMBRE


Sabemos que el equinoccio de otoño es la segunda cosecha. Lo que “plantamos” en nuestros rituales de primavera creció, floreció y fructificó durante el verano. Ahora, mientras la energía de la tierra se inclina y cae sobre la temporada oscura del año, es el momento de que descansen algunas partes de nuestras vidas. Es tiempo de liberación y de aprovechar la energía que viene con el equinoccio de otoño.
Puedes añadir este trabajo mágico a tu ritual de equinoccio habitual. Prepárate con antelación dibujando muchos tipos de hojas (roble, olmo, arce, etc.) que sean al menos tan grandes como tu mano. Haz suficientes hojas para que todo el mundo pueda tener por lo menos tres o cuatro. Llena una cesta con estas hojas, lápices de colores y bolígrafos o lápices para todos los presentes. Es un buen ritual para que también los niños participen. Necesitan aprender cosas sobre la energía que cae.

Hojas que caen y liberación
Se puede utilizar en cualquier momento desde agosto y durante Samhain, pero es especialmente potente la noche de la Luna de la Cosecha, como a veces se denomina a la Luna llena de setiembre.
Proyecta tu círculo como de costumbre y haz el trabajo mágico al que estás acostumbrado. Antes de abrir tu círculo, saca la cesta de hojas y explica que su caída representa la caída de la energía de la estación. También partes de nuestras vidas que podemos liberar y dejar caer en la tierra y enterrarlas hasta la primavera. Pueden ser proyectos difíciles, elementos no deseados de nuestra personalidad, malos hábitos, relaciones conflictivas, dolor, cosas que hemos dicho o hecho, pero que desearíamos no haber hecho; todo aquello que necesite reposar en la tierra curativa. Si lo deseas, dirige una breve visualización guiada en la que los participantes caminen hacia la parte inferior de una colina y aprendan qué cosas necesitan caer. Colorea un lado de tu hoja de papel con tonos otoñales (rojo oscuro, naranja, amarillo pálido, marrón). Puedes usar papel de color, si lo deseas, pero la coloración de las hojas aporta tu energía al trabajo. A continuación, da tiempo suficiente a todos para que anoten en el reverso de sus hojas qué van a dejar caer. Mientras los participantes sostienen sus hojas junto a su corazón o plexo solar, recita la siguiente invocación:

Bendita Madre Tierra, benditas diosas
de la cosecha y el reposo
[nombra a tus diosas de la cosecha favoritas],
voluntaria y pacíficamente liberamos y
permitimos que nuestras hojas caigan
a la tierra, donde van a dormir
durante el invierno.

Sabemos que la energía que cae es
tan importante para la vida como la que se
eleva. Como la energía de la tierra,
inevitablemente, se elevará de nuevo,
sabemos que la nuestra también se elevará.

Pero ahora es el momento de dejar que
las cosas que representan estas hojas que caen
sean sanadas o enterradas u olvidadas.
Cuando la luz renazca en el solsticio
de invierno, ayudadnos a encontrar los brotes
de nuevas hojas verdes.
Benditas seáis.

Ahora lanza tu mensaje al aire tan alto como puedas y observa cómo descienden flotando hacia la tierra. Bendícelas mientras caen. Abre tu círculo, recoge las hojas y quémalas. Saca las cenizas al exterior y entiérralas en tu jardín.

-Barbara Ardinger

NO MÁS VIOLENCIA DE GÉNERO

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