El paso de la primavera al verano es un momento fértil y sensual que se celebra tradicionalmente en muchas culturas con exuberantes rituales de baile.
Éste es un buen momento para incorporar la danza a tu práctica de yoga.
Intenta usar la danza como calentamiento. Pon tu música de baile favorita y simplemente déjate llevar.
Convierte este momento en una meditación enfocando tu conciencia en el sonido de la música, las sensaciones de tu cuerpo en movimiento y el baile de tu propia respiración. ¡Siente cómo esas felices hormonas se disparan!
La postura del bailarín (Natarajasana) es la asana perfecta para incluir en una secuencia de yoga inspirada en la danza (vinyasa).
Ponte de pie, dobla la rodilla derecha y, con la mano derecha, sujeta el tobillo. Pasa el brazo izquierdo por encima de la cabeza; desde aquí, inclina el torso hacia adelante, alejando el pie trasero y estirándote hacia adelante y hacia arriba con el brazo opuesto. Aguanta en esta posición unas cuantas respiraciones y luego repite con el otro lado.
Mientras mantienes la postura, repite en silencio esta afirmación:
El amor florece en mi vida.
-Jilly Shipway
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