domingo, 1 de enero de 2017

ENERO


Con la llegada de enero, nos adentramos de pleno en el invierno y el mundo queda en silencio. Los árboles de hoja caduca hace tiempo que han perdido sus hojas y aguantan esqueléticos junto a ramas de hoja perenne cargadas de hielo y nieve. Las temperaturas descienden y los días son breves, mientras que la luz del sol apenas arroja sombras antes de volver a desaparecer bajo el horizonte. Los animales entran en fase de hibernación o letargo, y pasan sus horas de vigilia buscando alimento suficiente para sobrevivir durante los meses de oscuridad. El aire es fresco y los cielos nocturnos claros como el cristal. El mundo contiene la respiración a la esperad de una renovación.
La humanidad también se sumerge en la tranquilidad del invierno y cae en un estado anímico de silencio y contemplación. Los días más breves alteran el ritmo de la vida y nos animan a que hagamos una pausa y pensemos. Es el momento perfecto para observar nuestro interior, evaluar los últimos meses y hacer planes para el próximo año. Podemos reflejar los caminos del bosque invernal, mudar las “hojas” del año pasado y esperar con ansia el deshielo de la nieve y el surgimiento de la primavera. Puedes aprovechar el poder que nos otorga la gracia del invierno y gratificarte con un retiro personal, reservando un par de horas, una noche, un día o incluso un fin de semana para reflexionar sobre tu año: pasado, presente y futuro. Adapta la siguiente guía de retiro a tus necesidades.

Pleno invierno: el momento para un retiro personal
El viaje a tu retiro comienza con la preparación. Toma un baño purificador o dúchate con jabón de incienso. Imagina cómo el agua jabonosa limpia los desechos del año. Mientras emerges, sécate con una toalla limpia y ponte ropa fresca.
Comienza: Haz una pausa para meditar o para un momento de contemplación mientras pasas por el umbral para viajar. Siente tu propósito e imagínate en movimiento. Puede que te visualices siguiendo un camino que se adentra en un bosque invernal, o tal vez salgas a pasear por un bosque real, siempre y cuando puedas hacerlo. Di en voz alta tus metas para el retiro y marca tu comienzo con un diario, una pieza de arte o artesanía, como prefieras. Termina con una bendición:

Entro ahora en el otro espacio;
un renovado potencial abrazo.

Evalúa: Permanece la mayor parte de tu retiro recordando tu año y anotando todo en una lista, un diario, un videoclip, bocetos, una cadena de cuentas o cualquier cosa que pueda captar lo que hayas hecho en los últimos doce meses.
Adivina: La escasa claridad del invierno hace que sea un momento ideal para cualquier tipo de adivinación. Utiliza tu herramienta de adivinación favorita para vaticinar tareas y retos para los próximos doce mese. Anótalos y considera la posibilidad de añadir fechas y horas para potenciar tu éxito.
Concluye: Para cerrar tu retiro, elije un elemento que sirva de talismán, tal vez tu lista de objetivos enrollada como un pergamino, o sostén una piedra en tu mano para llenarte de energía mientras te concentras en tus intenciones, imaginando cómo van a llegar a buen término. Deja este elemento en tu altar para el próximo año como un recordatorio visual de tu retiro y de tus planes.
Finaliza: Imagínate saliendo del bosque y regresando a casa con muchos planes. Concluye recitando un conjuro:

Un viaje emprendido, el futuro y el pasado;
intenciones establecidas, y a ellas me aferro.

Vuelve al tiempo real y ¡da la bienvenida a 2017!


-Susan Pesznecker

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