En pleno verano, en el solsticio de verano, nuestro mayor cuerpo celeste, el Sol, alcanza su máxima potencia. Es el día más largo del año.
Sin nuestro Sol, el centro de nuestro universo, nuestro planeta perecería. Las plantas y toda la humanidad dejarían de existir.
En este sabbat celebra el poder del Sol.
Empieza saludando al amanecer. Observa cómo amanece en el horizonte oriental; escucha cómo la vida comienza a agitarse. Los pájaros no sólo cantan al amanecer, es puro júbilo.
Pronto el sol ilumina todo el cielo y proporciona energía a todo ser vivo.
En este sabbat comienza tu ritual al aire libre, si es posible al mediodía.
Sobre una superficie estable, enciende de forma segura un cirio de color naranja y contempla la llama.
En un papel amarillo o de otro color llamativo, anota el nombre o nombres de una persona o personas que te den poder.
¿Quién está en el centro de tu universo? ¿Una pareja, un cónyuge, unos hijos o un amigo? Después de su nombre, escribe cómo te dan poder. Guarda esta lista para cuando necesites un empujón.
Apaga la vela con cuidado.
Al atardecer, piensa en el extraordinario poder que nuestro Sol tiene sobre nosotros.
-James Kambos
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