Hay pesadillas de muchas categorías y, algunas, pueden llegar a ser francamente espeluznantes; especialmente, las que van acompañadas de sensaciones y efectos que bien podrían entrar dentro del campo de lo paranormal.
Cuando pases por una racha en la que los sueños no te dejan descansar, puedes hacer este sencillo ritual.
Necesitas:
Un cuenco de cristal
Agua y un poco de sal
Un ovillo de lana azul pálido
Preparación:
Rodea el cuenco con la hebra de lana varias veces y en diferentes direcciones, de forma que el hilo se cruce abajo y arriba cubriendo la parte superior como si fuera una tela de araña.
Llena después el cuenco de agua hasta sus tres cuartas partes y disuelve en el agua un poco de sal gorda mientras vas diciendo:
Este agua que diluye la sal
también diluirá los malos sueños
que quedarán aquí atrapados
y ya no volverán más a mí.
Deja el cuenco cerca de tu cama y, por la mañana cuando despiertes, vierte su contenido en una corriente de agua (el desagüe del lavabo mientras corre el agua del grifo vale).
Puedes repetir el ritual todas las noches que lo consideres oportuno.
Agradece la protección que recibes y deja fluir tu pensamiento hacia los deseos y motivaciones que tienes en la vida, pidiendo luz, elevación y progreso.
Cuando te levantes sentirás una alegre sensación de confianza y seguridad.
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