Marzo es un mes voluble.
Un día, el mundo parece como nuevo. El aire mismo se tiñe de la promesa de verdor que nos engatusa con la falsa sensación de la llegada de la primavera, sólo para ser enviados de vuelta al calor de nuestros fuegos al día siguiente, cuando el cruel aliento del invierno regresa de repente.
Nosotros somos iguales: un día entusiastas seguros de nuestra capacidad para enfrentarnos al mundo, sólo para sentirnos envueltos por la duda y la indecisión al día siguiente.
Se amable contigo misma si te ocurre esto, pues los despertares no son cosa fácil.
La luna llena de marzo nos pide que cuidemos las raíces de nuestra alma con ternura. Demasiadas cosas demasiado pronto pueden perturbar nuestro crecimiento.
Planta semillas como ritual para recordarte que todo lo bueno sucede a su propio ritmo.
-Monica Crosson
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