jueves, 1 de junio de 2017

JUNIO


A medida que mayo va avanzando hacia junio, nos vamos dirigiendo hacia el cenit del año, Litha o el Solsticio de Verano. Los patios y jardines ahora cobran vida con lo que yo denomino las “alas del verano”. Asimismo, el mundo exterior comienza a rebosar vida: mariposas, insectos voladores y aves añaden su magia a la naturaleza. Vuelan. Planean. Zumban y revolotean en la mayoría de lugares al aire libre. Algunos, como las mariposas, aletean con gracia mientras se alimentan de sus flores favoritas. Mientras las observo, puedo entender por qué las antiguas civilizaciones de América creían que las mariposas representaban las almas de los muertos durante su transición al reino espiritual. Las abejas, las grandes polinizadoras de nuestra Tierra, están ocupadas cumpliendo su cometido. Donde vivo, en los Apalaches, antiguamente se creía que se podía “hablar con las abejas”, porque consideraban que estaban vinculadas a nivel místico con los seres humanos y también relacionadas con nuestras vidas. Las libélulas, uno de los insectos más antiguos, se pueden ver ahora casi rozando los estanques con sus alas de seda. Naturalmente, las aves con sus plumas de colores vibrantes y patrones de vuelo únicos son una parte importante de la procesión alada del verano. Los colibríes se desplazan con tanta rapidez que aparecen como borrones lanzándose entre las monardas de mi jardín. Los jilgueros, símbolos mágicos de la buena fortuna, deslumbran con su plumaje amarillo cuando se posan sobre las zinnias o las equináceas y se alimentan de las semillas de la flor.

Y las noches de verano también están vivas con el movimiento de las alas. Durante el crepúsculo, las luciérnagas brillan un poco mientras los dedos de la oscuridad se expanden en silencio a través de céspedes y praderas. Por último, cuando anochece en verano, se pueden ver las alas de color polvoriento de las polillas revoloteando junto a las ventanas iluminadas.

Ritual del sueño de verano creciente
Si es posible, realiza este ritual una tarde ventosa y soleada al aire libre. Si lo deseas, puedes usar un tronco o una piedra como un altar improvisado. Este hechizo puede convertirse en parte de tu práctica Litha.

Necesitarás incienso de lavanda, una pluma blanca, un diente de león con la cabeza de la semilla intacta y algunas flores u hojas de lavanda. Para enfocar tus pensamientos, usa una fotografía de tu ave o insecto volador favorito. Por ejemplo, si deseas aumentar la buena fortuna, la imagen de un jilguero sería apropiada. Si quieres ampliar tus oportunidades profesionales, una abeja, que simboliza el trabajo y la organización, sería una buena opción. Comienza mirando hacia el este y lleva el incienso alrededor de tu zona, moviéndote hacia la derecha. Empieza y termina en el altar. Utiliza la pluma para avivar en incienso en todas las direcciones y sobre ti mismo. Esto depurará tu espacio. Observa la fotografía y piensa en tu deseo. Visualízalo como un hermoso pájaro o insecto que vuela hacia el cielo. Inspira y espira tres veces y di:

Libero mi deseo, mi sueño.
Deja que emprenda el vuelo.
Mi deseo está ahora a la vista.


Relájate un momento y luego toma el diente de león y camina alrededor de tu espacio. Piensa en tu deseo y sopla las semillas del diente de león al azar en todas las direcciones. Tu deseo se está extendiendo hacia el Reino Invisible. Puede alcanzarte de forma inesperada. Como ofrenda, deja el tallo del diente de león y las flores u hojas de lavanda en el suelo.

-James Kambos

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