Todo
en torno a esta tribu de guerreras es un enigma: ¿Dónde habitaron y
por cuánto tiempo? ¿Se amputaban los pechos? ¿Conquistaron Libia y
Egipto? Pero,
sobre todo, ¿existieron o son una leyenda?
En
el último siglo y sobre todo en las últimas décadas, existen
hallazgos arqueológicos
que dan cada vez más visos de realidad a su leyenda, pero las
hipótesis y preguntas en torno a las amazonas proliferan. Se dice
que eran un pueblo formado solo por mujeres guerreras descendientes
del dios de la guerra Ares y de la ninfa Harmonía. Existe una
gran diferencia
de opiniones en cuanto a su procedencia y asentamiento. Se dice
que su reino se ubicaba a veces al norte en Tracia, otras en
las llanuras
del Cáucaso y otras en las llanuras de la orilla izquierda
del Danubio.
También se decía que vivían en Ponto cerca de la costa del
Mar Negro,
donde constituían un reino independiente bajo el gobierno de
una reina
(algunos dicen que por dos, una para los asuntos domésticos y
otra para
los militares), y que también habían fundado muchas ciudades, entre
ellas Esmirna, Éfeso, Sinope y Pafos. Según otras
fuentes, originalmente
llegaron al Termodonte desde el Lago Meotis, en el Mar de Azov.
Ahí quienes decían que vivían en algún lugar de Asia Menor,
lo cierto
es que parece que las inspiradoras de este pueblo legendario fueron
las mujeres guerreras escitas (hipótesis apoyada por el hallazgo de
enterramientos de mujeres guerreras en la región Altai, de
Siberia). Muchos
dicen que en realidad formaban una nación independiente y nómada.
Lo
cierto es que se expandieron y conquistaron diversos territorios y en
muchas de estas ciudades fueron acuñadas monedas en honor de
sus fundadoras.
En su gobierno no interviene ningún hombre, era una sociedad
estrictamente femenina y como jefe tenían una reina. Se dedicaban
a la agricultura, a la caza y a la doma de caballos, arte en el
que eran expertas, amén de adiestrarse para combatir. Se decía
que ningún
varón podía vivir con las amazonas, y que no tenían permiso
para residir
en su país, pero una vez el año, para evitar la extinción de
su sociedad
y raza, celebraban reuniones rituales con las tribus vecinas de los
escitas o los gargarios, con los cuales convivían hasta
quedar embarazadas.
Los niños varones que resultaban de estas visitas eran entregados
a sus padres, o según otras versiones eran sacrificados o mutilados
sin contemplaciones, mientras que las niñas eran criadas
y adiestradas
por sus madres. Por decreto, a todas las niñas les cortaban un
seno, para facilitarles el uso del arco y el manejo de la lanza.
De esta
costumbre proviene su nombre amazonas del griego “amazwn”
que significa
“las que no tienen seno”. Otras versiones en cambio dicen que la
presencia de los hombres era permitida siempre que desempeñaran
trabajos de servidumbre. Eran un pueblo muy guerrero y su diosa
principal a la que veneraban era la diosa
virgen, Artemisa, la cazadora. Debido a esto, se les atribuía
la fundación
de Éfeso y la construcción del Gran Templo de Artemisa. De este
pueblo, los griegos se dedicaron a sembrar la duda sobre
la existencia
real de estas indómitas guerreras, capaces de vivir sin hombres
y de vencerlos en la guerra. Eran un símbolo amenazador para
la masculinidad
de los héroes, motivo por el cual fueron primero convertidas
en seres sobrenaturales y mitológicos para explicar su misteriosa
fortaleza, y luego pasaron a formar parte de narraciones en las
que son derrotadas y humilladas por semidioses como
Hércules, Belerofonte
o Teseo. Belerofonte quien luchó contra ellas por mandato de
Yóbates. Una de las más conocidas es cuando Heracles (Hércules)
cumple la misión que le asigna Euristeo, y se dirige a las márgenes
del Termodonte a adueñarse
del cinturón de Hipólita, reina legendaria de las Amazonas.
Ésta
consintió en entregarle el cinturón a Heracles, pero la celosa Hera
(esposa del dios Zeus) provocó una rebelión entre las Amazonas
y Heracles
tuvo que matar a Hipólita. Teseo que acompañaba a Heracles en su
misión, se llevó a Antíope (hija de Ares, hermana de Hipólita
y Melanipa),
una de las amazonas. Ellas, molestas por este atrevimiento y para
vengar el rapto, hicieron la guerra contra Atenas, se dice
que Antíope
murió durante el asedio a Atenas, en el que su compañera Molpadia
la mató de un flechazo cuando iban a ser derrotadas para evitar que
violasen o ultrajasen a su reina, Antíope. Otra hazaña legendaria
que las involucra, es la ayuda que le brindaron a los troyanos
durante la guerra de Troya. Pentesilea, reina amazona, envió
a Príamo
el rey troyano, un grupo de apoyo de doce amazonas: Clonia, Polemusa,
Derinoe, Evandra, Antandra, Bremusa, Hipótoa, Harmótoa, Alcibia,
Derimaquea, Antíbrota y Termodosa. Pentesilea fue vencida en la
batalla por Aquiles, quien le dio muerte y antes de morir, hizo
que éste
se enamorara perdidamente de ella, lo que le infundió
gran sufrimiento.
Tras este hecho fue sucedida por Antianira. Otra amazona conocida es
Asteria, la sexta amazona a la que mató Heracles en su lucha contra
ellas. Algunas amazonas célebres fueron: Ainia, Antianira,
Antibrote, Cleta, Melanipa, Mirina, Otrera, Helena, Tebe,
Talestris....En la Ilíada se las llama Antianiras (“las que luchan
como varones”), mientras que Herodoto las llama Andróctonas
(“asesinas de varones”).Pero las amazonas no son patrimonio
exclusivo de la mitología griega. En muchas
culturas y tradiciones encontramos pueblos de mujeres guerreras
similares.
Se dice que Chandragrupta Maurya, emperador de la India,
poseía una guardia personal formada por mujeres griegas gigantes.
Dos
mil años más tarde encontramos en la India, la figura de
las guardias
reales de Nizams, Deccan e Hyderabad. A la familia real de Sri Lanka
también se le atribuía una guardia de mujeres arqueras. Las mujeres
celtas y germanas son a menudo descritas luchando junto a
sus maridos,
y según Tácito, la reina guerrera Boudicca, tenía más mujeres que
hombres en su ejército. En la Península Ibérica se habla de un
matriarcado extremo (poliandria) en pueblos de Galicia y entre los
vacceos. En la mitología nórdica tenemos a las walkyrias, que
llevaban a los guerreros
muertos en batalla al Walhalla, y a las que se representaba vestidas
con atuendo guerrero. En Escandinavia, las mujeres
sin responsabilidades
familiares podían tomar las armas y hacerse guerreras; eran
las llamadas “doncellas escudadas” (Skjaldmö), de las cuales
una de
las más famosas fue Hervor, quien toma parte en el ciclo de la
espada mágica Tyrfing. También en la historia de Bohemia se
menciona a un
grupo de mujeres guerreras despiadadas lideradas por Vlasta,
quienes lucharon
contra el duque de Bohemia (aunque fueron derrotadas).El explorador
español, Francisco de Orellana, en el siglo XVI, afirmó haber
luchado contra un pueblo de mujeres guerreras a orillas del
río Marañón,
desde entonces fue llamado Amazonas (aunque hay quienes afirman que
el nombre del río proviene del término indio “amassona”
que significa
“destructor de barcos”), nombre que se daba al gigante
que recorría
el río (Pororoca para los indios).Las amazonas de Dahomey
eran una fuerza militar de 6000 mujeres de Dahomey (Benin),
en África
Occidental, las cuales estuvieron activas desde el siglo XVI hasta
finales del XIX, cuando fueron finalmente derrotadas por Francia. En
Libia hay también una importante tradición de mujeres guerreras,
y todavía
hoy Gadafi es protegido por mujeres soldado. Los igbo y los fulani
(tribus africanas) también integraron tradicionalmente a mujeres en
sus ejércitos. En el reino de Siam, en el siglo XIX, el rey poseía
un batallón personal de cuatrocientas mujeres lanceras,
quienes eran
escogidas entre las más hermosas del país (aunque en este caso
se las
consideraba demasiado valiosas como para enviarlas a la guerra).Otros
pueblos con tradiciones de mujeres guerreras fueron los árabes,
los aborígenes
australianos, los bereberes, los chinos, los kurdos, los filipinos,
los maoríes, los micronesios, los papuanos, los rajput,
los soviéticos,
israelíes y vietcongs.
Pistas
Falsas Creencias:
Buena
prueba del pensamiento masculino griego que contribuyó a diluir la
creencia en las amazonas es esta frase de Estrabón: «Creer que
un ejército
de mujeres, o una ciudad, podría organizarse sin hombres e invadir
el territorio de otros pueblos es igual a creer que los hombres de
esos tiempos fueron mujeres y las mujeres, hombres».
Ausencia
de restos arqueológicos:
La
falta de hallazgos que refrenden sin lugar a dudas la existencia
de una
sociedad como la de las amazonas no es concluyente para negar
su realidad
histórica, pues, dado que era un pueblo nómada, es posible que no
edificaran construcciones resistentes al paso de la historia.
Amputación
de un seno:
Algunas
leyendas dicen que a las niñas se les amputaba o cortaba el pecho
derecho para que tensaran con más facilidad el arco, pero esto
no tiene
ninguna base real ni se evidencia en ninguna representación artística
en las que únicamente se las ve con el seno derecho cubierto. Tres
Hipótesis...
Simbolismo
Mitológico:
A
principios de siglo, y antes de ser halladas las primeras tumbas
de doncellas
guerreras en Siberia, algunos investigadores sostenían que las
leyendas sobre amazonas obedecían a una ilustración mítica de
las amenazas
que acechaban a los griegos en las costas de Asia Menor. Por otra
parte, es posible que el origen de esta leyenda estribara en
historias
de viajeros que habían hallado en sus incursiones por esas tierras
sociedades gobernadas únicamente por mujeres.
Imperio
Matriarcal:
Según
escritoras como Riane Eisler y Jessica Salmonson, las
amazonas procedían
de un imperio matriarcal fundado, gobernado y defendido por mujeres.
Las primeras habrían sido las hesperianas o gorgonas, guerreras
libias originarias de Tritonia, una isla en la costa
africana supuestamente
destruida por la acción volcánica y cuyo único vestigio actual
serían las Islas Canarias. En una línea similar, la
arqueóloga Marija
Gimbutas sostiene que el continente estaba poblado por
tribus gobernadas
por mujeres. Isla de Lemos: Según el relato
mitológico de Apolonio de Rodas, los argonautas llegan a la isla de
Lemos, al norte de Grecia y la hallaron habitada sólo por
mujeres, cuya
reina Hypsipyle les recibió con agrado. En el último
siglo numerosas
excavaciones arqueológicas realizadas en Poliochni, localidad de
esta isla, han sacado a la luz un gran poblado con casas espaciosas
y bien
distribuidas, circundado por una muralla de cinco metros con ranuras
para arqueros, un dato curioso teniendo en cuenta que las amazonas
eran expertas arqueras. Una Prueba…La única investigación
arqueológica que demuestra la existencia de sociedades
matriarcales en la época de la guerra de Troya, y en esa parte
del mundo, es la de la arqueóloga Jeaninne Davis Kimball. Entre 1994
y 1995, ella y su equipo hallaron 50 túmulos en la frontera kazaia,
cerca de la ciudad de Pokrovla, al sur de Rusia, con esqueletos
de mujeres
enterradas con sus armas. Las fracturas de huesos producidas
en combate
descartan toda posibilidad de un uso ritual de estos instrumentos.
Los sármatas, relacionados con las amazonas por Herodoto, enterraron
a sus muertos en esta misma zona sobre el 400 antes de nuestra
era. Incluso aunque las mujeres de Prokovna no fueran las de Troya,
es seguro que tribus nómadas de mujeres guerreras ocuparon las
estepas
euroasiáticas a principios de la Edad de Hierro.
Hoy,
cada vez es más creciente la aceptación de que fueron tan reales
como los
escritores que hablaron sobre ellas. Una conclusión que
podemos fácilmente
tener sobre las Amazonas es que nos muestran lo mejor de los dos
sexos: belleza y fuerza. Aunque tal vez lo que se deba
destacar mayormente
aún es la relación de las Amazonas en la sociedad al cambiar los
roles de hombre y mujer al igual que son una prueba de los
matriarcados
en la humanidad. También es notable ver que la imagen de las
Amazonas sigue tan presente hoy como hace tres mil años marcando su
influencia en la mujer y su símbolo de fuerza femenina.