Ingredientes:
2 tazas de ortigas frescas
4 dientes de ajo
¼ de cucharadita de sal
½ taza de aceite de oliva
½ taza de nueces (o piñones)
1 ½ taza de queso parmesano
Preparación:
Llena una olla grande con agua hasta la mitad.
Una vez que el agua hierva, pon las ortigas en la olla (con unas pinzas o guantes) y empújalas hacia abajo con una cuchara para que queden sumergidas en el agua hirviendo.
Déjalas en el agua sólo un minuto; es todo lo que se necesita para que no piquen.
Retíralas con una espumadera, unas pinzas o un colador, ya que es posible que desees reservar el agua para tomártela más tarde (es una infusión muy nutritiva), o incluso puedes regar tus plantas con ella una vez que se haya enfriado).
Pon ajo, sal, aceite de oliva y las ortigas escurridas en un robot de cocina y pica todo. Agrega nueces y parmesano, y procesa todo hasta que tenga una textura suave. El pesto suele contener piñones, pero me parecen demasiado caros.
Se obtienen unas 5 tazas.
Sirve el pesto con pasta o arroz, o úntalo en tostadas o en una pizza.
-Corina Sahlin
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