Muchas personas, cuando piensan en los tiburones, imaginan el gran tiburón blanco, o quizás alguna especie del tiburón martillo. Sin embargo, actualmente existen más de 400 especies de tiburones grandes y pequeños, la mayoría de los cuales son inofensivos para el ser humano; muchos ataques de tiburón ocurren porque confunden a las personas con alguna de sus presas habituales.
Muchas culturas polinesias veneran a los tiburones, a los que consideran deidades del océano. Igual que nosotros estamos preparados para vivir sobre tierra firme, los tiburones han sacado provecho de ser los principales depredadores del mar. En lugar de demonizarlos, muchas tribus indígenas respetan el encaje perfecto que tienen estos antiguos peces en su nicho acuático y los veneran por considerar que forman naciones acuáticas. En demasiadas ocasiones, consideramos que los demás animales sólo son una fuente de alimentos para nosotros, y pescamos en exceso muchas especies de tiburones para exquisiteces como la sopa de aleta de tiburón. Sin embargo, los tiburones son mucho más que un alimento (o una amenaza), y deberíamos apreciarlos sin tener tantos prejuicios. Un poco de magia de tiburón puede ayudar a darnos cuenta de nuestros prejuicios. Gran parte de lo que nos aterra de ellos no supone ninguna amenaza para nosotros; podemos imaginar nuestros temores encarnados en tiburones y visualizarnos nadando sin peligro entre ellos, observando sin sentirnos amenazados ni ansiosos, y aprendiendo de ellos por ser como son en lugar de esperar lo peor.
-Lupa
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