miércoles, 21 de mayo de 2025

ISLA DE PASCUA

Aviso a navegantes: El artículo tiene más años que Matusalén, así que las probabilidades de que esté desfasado son muy altas. Muirne

La Isla de Pascua es uno de los lugares más aislados del mundo, y sin embargo, con una población que nunca superó los tres o cuatro mil habitantes, encontramos contrastes de complejidad cultural Pascua es una pequeña isla de aproximadamente 8B kilómetros cuadrados, del Océano Pacifico en la Polinesia, ubicada a 3760 km de la costa de Chile, país al que pertenece desde 1888, y es famosa por las gigantescas efigies de piedra, conocidas también como moai. Su nombre indígena es Rapa-Nui, o también se le conoce como Marakiterani o ''los ojos que miran al cielo".

Fue descubierta por la tarde del domingo de Pascua de 1722 por el marino holandés Jacob Roggeveen junto con tres naves de una expedición de dicho país. Al recorrer la isla, recibieron la visita de algunos indígenas que llegaron nadando. Todos pertenecían al tipo polinesio, es decir, de piel ligeramente oscura y pómulos salientes todos con excepción de uno, que tenía tez clara, labios delgados y barba roja. A la mañana siguiente, la tripulación fue testigo de un rito sumamente extraño: los nativos encendieran fuego y se arrojaban al suelo, ante el Sol que apenas aparecía en el horizonte, para rogar beneficias a sus dioses.


GIGANTESCAS FIGURAS VIGILANTES DE LA ISLA

Los dioses eran figuras de piedra de enormes dimensiones en forma humana cubiertas con algo que parecía un sombrero cilíndrico de color rojo. Las gigantescas cabezas sobresalían del árido y pelada suela y su cara, además, tenían grandes y largas orejas, y miraban hacia el Sol, como esperando la llegada de algo o alguien, de manera silenciosa y algo altanera.

Ese mismo día, la expedición de Roggeveen partió, no sin antes hostigar a los nativos de la isla, debida a que los indígenas se encargaron de robarles algunas de sus pertenencias, entre ellas muchos... ¡sombreros! Por otro lado, el navegante noruego Thor Heyerdahi, de quien hablaremos posteriormente, en sus investigaciones descubrió que algunas estatuas tenían torso y dos brazos y en el torso tenían jeroglíficos de extrañas formas, la traducción, según el profesor Vaz de Meló, indica que la isla formaba parte de un archipiélago destruido por un gigantesca cataclismo, y sólo la actual isla de Pascua sobrevivió a "una marejada, cuyas olas alcanzaron más de 30 metros de alto".


LA ISLA DE PASCUA COMIENZA A SER UN MISTERIO

En 1773 el español don Felipe González Ahedo desembarcó en la isla y tomó posesión de ella en nombre del rey de España, llamándola: San Carlos, nombre que después fue olvidado y retomó el de Pascua.

Para 1774, el capitán inglés James Cook visita la isla y halló restos de antiguos e inteligentes pobladores, debido a sus construcciones, caminos pavimentados, instalaciones portuarias y numerosas aldeas que fueron hechas a base de piedra. En ese momento Cook tuvo la impresión que alguna terrible catástrofe, quizá volcánica afecta la isla, a tal grado que pudo darse cuenta, gracias a análisis de polen, que hace unos 2000 años, la isla estaba cubierta por una densa vegetación, y quizá ante la necesidad de trasladar las pesadas cabezas, sus habitantes tuvieron que ayudarse de troncos y rodillos extraídos de la vegetación.


ENIGMÁTICAS TEORÌAS DE LOS PRIMEROS POBLADORES

Las enormes cabezas seguían siendo hasta entonces un verdadero enigma, así como también quién, cuándo y cómo se pobló por primera vez la isla. Lo único que hasta la fecha se conoce son teorías:

Robert Longdon, un inglés, afirma que los primeros en llegar fueron unos navegantes enviados por el faraón Tolameo III.

Se dice además, que para el siglo IV d.C. llegó una tribu al mando de un rey llamado Hotu-Matua, quienes tenían técnicas bastante desarrolladas para esculpir la piedra. Una de las características, también del Perú.

Una de las teorías que más predomina, es que Pascua fue poblada para el siglo V por inmigrantes polinesios procedentes de Asia.

Hay otra versión, sin embargo, que el alcalde del lugar, don Pedro, contó al investigador noruego Thor Heyerdahi en 1947, cuando éste realizó una travesía marítima a bordo de una balsa a la que llamó Kan Tiki. Don Pedro era un hombre de cabello rojizo, igual al personaje que antes mencionamos, el porqué era diferente a los demás, es sencillo de responder, él era descendiente de las "orejas largas", los supuestos antiguos pobladores de la isla. Eran llamados así porque colgaban pesas del lóbulo de sus orejas para alargarlas. Provenían del Perú.

Existían además de los "orejas cortas", polinesios provenientes del Oeste. Los primeros tenían o creían tener un origen divino y esclavizaron a los segundos, quienes se ocupaban de las labores más pesadas. Pera un buen día las "orejas cortas" se rebelaron contra sus amos y los echaran a una zanja que habían hecho. Sólo quedó con vida uno de los "orejas largas", del cual descendía el alcalde. Heyerdahl efectivamente encontró restos humanos en donde supuestamente fue ron enterrados los "orejas largas".


LA ISLA ESTUVO POBLADA POR VISITANTES DEL ESPACIO

Además de esas teorías, las cuales y, sobre todo, la de Heyerdahl se han comprobado, en algunas partes existe otra, hasta ahora muy controvertida, pero que por ningún motivo debemos descartar. En los años 30 el astrólogo francés Dom Neroman refiriéndose a las revelaciones de la médium italiana Beatrice Valvonesi, afirmaba que la isla estuvo poblada por una civilización de origen hindú que estaba instruida en los secretos del Cosmos, conocía además un sistema capaz de crear en el planeta polos positivos para atraer ondas benéficas y, polos negativas para hacer lo contrario. Además conocían a la perfección los movimientos celestes. Para 1935, Henry Lavachery, sostenía que la isla tuvo una especie de escuela de estrellas, en donde enseñaban a los elegidos sobre los peligros y beneficios de los astros y sus visitantes. Thor Heyerdahl, por su parte, en su expedición también descubrió una especie de observatorio solar en la cumbre del volcán Rano Raraku, donde se hallaron gran cantidad de estatuas. En los años sesenta William Mulloy estudió aspectos astronómicos de enorme trascendencia, de una antigua y desconocida cultura, pero desgraciadamente se vio obligado a abandonar sus investigaciones debido a unas extrañas perturbaciones magnéticas. Él en su momento afirmó que: "...la isla de Pascua es uno de los lugares más aislados del mundo, y sin embargo, con una población que nunca superó los tres o cuatro mil habitantes, encontramos contrastes de complejidad cultural, textos que no están relacionados con ningún material escrito exterior, una política capaz de planificar y coordinar las obras públicas, un sacerdocio organizado y un interés en fenómenos celestes como los equinoccios y los solsticios”. Según Mulloy, la isla de Pascua estuvo habitada, hace milenios, por seres no terrestres, quizás mucho antes de los "orejas largas". Es decir, ¿estamos hablando de seres venidos de otras galaxias? Efectivamente, ya que además muchas leyendas locales dicen que las cabezas cobraban vida y eran conducidas al lugar asignado, de ahí que cuando se les pregunta a los pobladores "¿cómo fue que las efigies llegaron a ese lugar?", ellos únicamente responden "a pie". Asimismo, se dice que esa antigua cultura era adoradora del sol, y se creía que un día al año, el sol penetraba hasta su interior como una especie de rayo que les daba vida.

Podríamos suponer entonces que quizás no era precisamente el sol, el que venía, sino una extraña fuerza que a través de una luz daba radiaciones a las figuras, de ahí el magnetismo que halló Mulloy y también puede ser la explicación a que sus ejes estén completamente desiguales. Es por esta razón que los nativos ven en estas cabezas a sus dioses, pero ¿serán simples ídolos?, todo parece indicar que esperan la llegada de alguien que ¿de dónde debía venir?, ¿Del mar?, ¿Del cielo?

Nos preguntamos esto porque los mismos indígenas aseguran que fueron transportadas por naves que volaban.

Desgraciadamente hay más preguntas que respuestas, pero resulta extraño que las más de 150 cabezas siguen siendo los representantes de dioses protectores, representantes de antepasados ilustres. Por otro lado, los extraños sombreros, que actualmente sólo pocas los tienen quizás representaban las cabelleras rojizas de los "orejas largas". Todo un misterio representan estos rostros y esta pequeña isla que a casi 300 años de haber sido descubierta, aún no se halla su origen.

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