“De la esencia de los cinco elementos primordiales ha salido un gran huevo. En el exterior, la roca blanca de los dioses se ha formado sobre la cáscara del huevo. En el interior, un lago blanco como una caracola se arremolinó claramente en el líquido del huevo. En el centro, los seres de las seis categorías han hecho su aparición sobre una parte del huevo; dieciocho huevos han salido de la yema de este huevo.” (Po ti bse ru, escrito del Tíbet)
A menudo el caos se parece a un huevo: el cielo y la tierra (en el mito japonés se les llama Izanagi e Izanami) no están separados; están confundidos, como confundidos están los principios macho y hembra (Izanagi es un dios macho e Izanami, una diosa). El huevo es la unidad primordial, la totalidad perfecta, sin distinción ni diferencias. Se basta a sí mismo; es liso y sin color; es amorfo.
Para los egipcios el huevo ha salido del Noun. “Ptah es el creador. Él ha vertido sobre sí mismo su simiente y en él los Ocho (antepasados de los primeros tiempos anteriores) han venido a la existencia.” (Inscripción de la época tolemáica).
En la India es el huevo de oro que se forma en las aguas primordiales y flota aquí y allá (Catapathabrahamana, XI, 1-6); es un huevo de oro “revestido del resplandor del sol de los mil rayos.” (Manavadharma Çastras, cap. I).
En algunas mitologías siberianas el ser supremo ha tomado la forma de un pájaro para venir a depositar sobe las aguas primordiales el huevo de donde saldrá el mundo. El huevo cosmogónico es la plenitud, aún sin comenzar. El tiempo comienza con su eclosión. El universo empieza a existir cuando Chousor, el dios artesano, abre el huevo, lo divide en dos, levanta una de las mitades y forma el cielo, baja la segunda mitad y forma la tierra.
DAMASCIUS, “Problemas y soluciones que atañen a los primeros principios”, cap. 125)
La separación de las dos partes del huevo es también la separación del macho y de la hembra. El griego Hesíodo cuenta cómo Urano (el Cielo) y Gaia (la Tierra) estaban tan estrechamente unidos que no dejaban a sus hijos ver la luz. La ruptura es realizada por Cronos, que corta el sexo de su padre (“Teogonía”, 132-138).
Un gran número de mitologías conocen el huevo cósmico.
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