Necesitas:
Pétalos o perfume de flores granates (hibiscos, rosas, geranios…) Piedra pómez, un almirez, un cardo o una planta seca con espinas, jengibre, rábano, harina, aceite, medio vaso de leche, una pizca de sal, media cucharada de azúcar. Un cacharro para el fuego que ya no vayas a usar, un cristalito de color ámbar, un pañuelo o pedazo de tela granate.
Coge los pétalos, o el perfume y ponlos en el fondo del almirez, coloca encima el cardo, el jengibre y el rábano y machácalos bien. Haz lo mismo con la piedra pómez y con el carbón y luego ponlo al fuego hasta reducirlo a cenizas. Antes de que se enfríe espolvorea por encima la media cucharadita de azúcar y mézclalo bien. Échale luego una cucharadita de harina, enciende el fuego y deja que se tueste un poco. Agrégale el aceite suficiente para que no se pegue y luego la leche, removiendo bien hasta hacer una pasta consistente.
Luego haz una especie de tortilla en la sartén. Cuando hayas acabado le metes dentro y en el centro, el pedacito de cristal y, en completo silencio y antes de que abran las tiendas, sal a la calla y ve tirando miguitas en plan Pulgarcito hasta terminar el “pastel”.
Si quieres que te sirva para el dinero ve tirándolas alrededor de la manzana de tu banco. Haz lo propio con la empresa si es un conjuro de negocios o trabajo y que sea la manzana de la casa de la persona amada si lo que pretendes es un conjuro sentimental.
El pedazo de cristal debes tirarlo a un túnel o a un lugar oscuro.
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