Karma y Dharma son dos preceptos universales que no pueden alterarse o cambiarse a voluntad o capricho. Lo único que podemos hacer, es entenderlos para trabajar con ellos, para crearnos una conciencia más profunda en la construcción de nuestra vida.
¿Cuántas veces te has preguntado "Por qué a mi"? Si haces un análisis de algún acontecimiento que te haya hecho sufrir, podrás encontrar que en algún momento de tu vida, tu lo proyectaste, lo construiste y lo viviste. Cuando llegan las consecuencias de tu proyecto, solamente atinas a pensar ¿Por qué a mi?. Es la cosecha de tu siembra.
El Karma es aprendizaje, todas las cosas que vivimos no son producto de la casualidad o la injusticia, estamos en una escuela y aprendemos mediante nuestras vivencias.
El Karma es una Ley perfecta creada por Dios, no hay fallas, al mismo tiempo que desliga a Dios de ser permanente observador del hombre, con esta Ley, Dios no necesita espiarnos para ver que hacemos bien y que no, para castigarnos o premiarnos. Con esta Ley, la Tierra, al igual que el Universo giran por si solos. Y en el caso del ser humano, lo responsabiliza totalmente de sus actos y nos enseña a usar nuestro libre albedrío, es decir, nosotros elegimos lo que queremos vivir. Tenemos mucho más control sobre nuestras vidas en términos de responsabilidad individual del que queremos reconocer.
¿Pero quien es Dios para haber creado algo así? Decía Gandhi: "¡Después de planear el Karma, Dios se podía haber retirado!".
Dios no es un ser, no es algo que se pueda ver o tocar, Dios, al igual que el Karma, es un proceso. Definamos la palabra GOD:
Generación |
Orden |
Desintegración |
En otras palabras: Nacimiento, Vida y Muerte.
Así que se nos dice continuamente: "No te sientas engañado: Dios no será burlado". No existe escapatoria ante el proceso.
Ejercicio:
Explica por qué y describe las cualidades del animal que te atrae. Si pudieras ser un animal ¿Cuál sería y por qué?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario