Sabemos
que el equinoccio de otoño es la segunda cosecha. Lo que “plantamos”
en nuestros rituales de primavera creció, floreció y fructificó
durante el verano. Ahora, mientras la energía de la tierra se
inclina y cae sobre la temporada oscura del año, es el momento de
que descansen algunas partes de nuestras vidas. Es tiempo de
liberación y de aprovechar la energía que viene con el equinoccio
de otoño.
Puedes
añadir este trabajo mágico a tu ritual de equinoccio habitual.
Prepárate con antelación dibujando muchos tipos de hojas (roble,
olmo, arce, etc.) que sean al menos tan grandes como tu mano. Haz
suficientes hojas para que todo el mundo pueda tener por lo menos
tres o cuatro. Llena una cesta con estas hojas, lápices de colores y
bolígrafos o lápices para todos los presentes. Es un buen ritual
para que también los niños participen. Necesitan aprender cosas
sobre la energía que cae.
Hojas
que caen y liberación
Se
puede utilizar en cualquier momento desde agosto y durante Samhain,
pero es especialmente potente la noche de la Luna de la Cosecha, como
a veces se denomina a la Luna llena de setiembre.
Proyecta
tu círculo como de costumbre y haz el trabajo mágico al que estás
acostumbrado. Antes de abrir tu círculo, saca la cesta de hojas y
explica que su caída representa la caída de la energía de la
estación. También partes de nuestras vidas que podemos liberar y
dejar caer en la tierra y enterrarlas hasta la primavera. Pueden ser
proyectos difíciles, elementos no deseados de nuestra personalidad,
malos hábitos, relaciones conflictivas, dolor, cosas que hemos dicho
o hecho, pero que desearíamos no haber hecho; todo aquello que
necesite reposar en la tierra curativa. Si lo deseas, dirige una
breve visualización guiada en la que los participantes caminen hacia
la parte inferior de una colina y aprendan qué cosas necesitan caer.
Colorea un lado de tu hoja de papel con tonos otoñales (rojo oscuro,
naranja, amarillo pálido, marrón). Puedes usar papel de color, si
lo deseas, pero la coloración de las hojas aporta tu energía al
trabajo. A continuación, da tiempo suficiente a todos para que
anoten en el reverso de sus hojas qué van a dejar caer. Mientras los
participantes sostienen sus hojas junto a su corazón o plexo solar,
recita la siguiente invocación:
Bendita
Madre Tierra, benditas diosas
de
la cosecha y el reposo
[nombra
a tus diosas de la cosecha favoritas],
voluntaria
y pacíficamente liberamos y
permitimos
que nuestras hojas caigan
a
la tierra, donde van a dormir
durante
el invierno.
Sabemos
que la energía que cae es
tan
importante para la vida como la que se
eleva.
Como la energía de la tierra,
inevitablemente,
se elevará de nuevo,
sabemos
que la nuestra también se elevará.
Pero
ahora es el momento de dejar que
las
cosas que representan estas hojas que caen
sean
sanadas o enterradas u olvidadas.
Cuando
la luz renazca en el solsticio
de
invierno, ayudadnos a encontrar los brotes
de
nuevas hojas verdes.
Benditas
seáis.
Ahora
lanza tu mensaje al aire tan alto como puedas y observa cómo
descienden flotando hacia la tierra. Bendícelas mientras caen. Abre
tu círculo, recoge las hojas y quémalas. Saca las cenizas al
exterior y entiérralas en tu jardín.
-Barbara
Ardinger
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