
Sean
cuales sean las deidades en las que creas, es siempre buena idea
hablar de forma periódica con ellas de tu vida y desafíos, para ver
si tienen alguna palabra de sabiduría, o simplemente para decir
“hola y gracias”. Puede que pienses que tienes una vida demasiado
ocupada, o incluso creas que a los dioses no les importa si les das
las gracias o no. Pero a nadie le gusta ser ignorado, y no vale la
pena ser grosero. Así que tómate cinco minutos y envía tu alabanza
a los cielos. Puedes hacerlo bajo una Luna Llena, frente a tu altar o
incluso en la ducha; depende de ti.
Dios
y Diosa, yo canto vuestra alabanza
y
doy gracias por vuestra presencia en mi vida.
Gracias
por los regalos y los desafíos
y
por la fuerza que me prestáis para superarlos.
Y
gracias por vuestro amor, que me rodea a través de todo,
en
los días oscuros y en los claros, a través de la alegría y del
dolor.
Sé
que estáis conmigo
y
canto vuestra alabanza, oh Dios y Diosa.
-Deborah
Blake
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