
Con
la llegada de enero, nos adentramos de pleno en el invierno y el
mundo queda en silencio. Los árboles de hoja caduca hace tiempo que
han perdido sus hojas y aguantan esqueléticos junto a ramas de hoja
perenne cargadas de hielo y nieve. Las temperaturas descienden y los
días son breves, mientras que la luz del sol apenas arroja sombras
antes de volver a desaparecer bajo el horizonte. Los animales entran
en fase de hibernación o letargo, y pasan sus horas de vigilia
buscando alimento suficiente para sobrevivir durante los meses de
oscuridad. El aire es fresco y los cielos nocturnos claros como el
cristal. El mundo contiene la respiración a la esperad de una
renovación.
La
humanidad también se sumerge en la tranquilidad del invierno y cae
en un estado anímico de silencio y contemplación. Los días más
breves alteran el ritmo de la vida y nos animan a que hagamos una
pausa y pensemos. Es el momento perfecto para observar nuestro
interior, evaluar los últimos meses y hacer planes para el próximo
año. Podemos reflejar los caminos del bosque invernal, mudar las “hojas” del año pasado y esperar con ansia el deshielo de la
nieve y el surgimiento de la primavera. Puedes aprovechar el poder
que nos otorga la gracia del invierno y gratificarte con un retiro
personal, reservando un par de horas, una noche, un día o incluso un
fin de semana para reflexionar sobre tu año: pasado, presente y
futuro. Adapta la siguiente guía de retiro a tus necesidades.
Pleno
invierno: el momento para un retiro personal
El
viaje a tu retiro comienza con la preparación. Toma un baño
purificador o dúchate con jabón de incienso. Imagina cómo el agua
jabonosa limpia los desechos del año. Mientras emerges, sécate con
una toalla limpia y ponte ropa fresca.
Comienza:
Haz una pausa para meditar o para un momento de contemplación
mientras pasas por el umbral para viajar. Siente tu propósito e
imagínate en movimiento. Puede que te visualices siguiendo un camino
que se adentra en un bosque invernal, o tal vez salgas a pasear por
un bosque real, siempre y cuando puedas hacerlo. Di en voz alta tus
metas para el retiro y marca tu comienzo con un diario, una pieza de
arte o artesanía, como prefieras. Termina con una bendición:
Entro
ahora en el otro espacio;
un
renovado potencial abrazo.
Evalúa:
Permanece la mayor parte de tu retiro recordando tu año y
anotando todo en una lista, un diario, un videoclip, bocetos, una
cadena de cuentas o cualquier cosa que pueda captar lo que hayas
hecho en los últimos doce meses.
Adivina:
La escasa claridad del invierno hace que sea un momento ideal para
cualquier tipo de adivinación. Utiliza tu herramienta de adivinación
favorita para vaticinar tareas y retos para los próximos doce mese.
Anótalos y considera la posibilidad de añadir fechas y horas para
potenciar tu éxito.
Concluye:
Para cerrar tu retiro, elije un elemento que sirva de talismán, tal
vez tu lista de objetivos enrollada como un pergamino, o sostén una
piedra en tu mano para llenarte de energía mientras te concentras en
tus intenciones, imaginando cómo van a llegar a buen término. Deja
este elemento en tu altar para el próximo año como un recordatorio
visual de tu retiro y de tus planes.
Finaliza:
Imagínate saliendo del bosque y regresando a casa con muchos
planes. Concluye recitando un conjuro:
Un
viaje emprendido, el futuro y el pasado;
intenciones
establecidas, y a ellas me aferro.
Vuelve
al tiempo real y ¡da la bienvenida a 2017!
-Susan
Pesznecker
No hay comentarios:
Publicar un comentario