Entre
los aceites esenciales más calmantes se encuentra la camomila.
Con
un aroma que recuerda a pan horneado, bananas y tierra mojada, la
camomila suaviza los aspectos duros de la vida, reconforta la piel,
alivia las cefaleas y potencia el sueño reparador.
Esparce
el aceite esencial durante los rituales pensados para promover la
relajación, la paz y la calma.
Lleva
una botella contigo e inhálalo durante todo el día para eliminar el
estrés de forma instantánea. Inhala directamente de la botella o
esparce el aroma para aliviar los trastornos digestivos y el dolor
crónico. Agrégala a tu loción corporal y masajéate con ella para
aliviar la piel irritada, promover el sueño y aliviar los síntomas
de la menopausia y el síndrome premenstrual.
Para
curar los bloqueos en el chakra del plexo solar, agrega unas gotas de
camomila a aceite de girasol y masajéate la parte superior del
estómago (área del plexo solar) con la mezcla.
Crea
un spray limpiador con partes iguales de aceite esencial de camomila,
hierbabuena y lavanda en agua de manantial para purificar el espacio
después de una discusión, calmar las vibraciones de ira o facilitar
interacciones mutuamente respetuosas.
La
misma fórmula es ideal para las habitaciones infantiles, ya que
ayuda a relajarse antes de acostarse.
-Tess
Whitehurst
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