Las
flores de ylang-ylang gotean de sus ramas, revoloteando en la brisa
de la isla.
El
aroma floral único de este aceite esencial despierta nuestros
sentidos y facilita el romance, la relajación, la autoaprobación y
el amor propio. También es un aliado maravilloso en procesos de
curación de angustia, dolor, trauma o abuso.
En
la era victoriana, se añadía ylang-ylang a los tónicos del cuero
cabelludo para promover el crecimiento del cabello. Para éste
propósito, prueba a agregar diez gotas a una botella de champú.
Agítalo bien y úsalo a diario, masajeando bien el cuero cabelludo.
Añade
de seis a ocho gotas de aceite de ylang-ylang a un pulverizador de
agua de rosas, agítalo y rocía tu ropa de cama para fomentar una
intimidad relajada (agrega unas gotas de sándalo para darle más
dulzura y atractivo). O rocíate a ti mismo para abrir tus ojos a tu
propia belleza.
También
puedes pulverizarlo en cualquier espacio para promover sentimientos
de relajación y calma.
Si
eres propenso a los ataques de pánico o ansiedad, lleva una botella
contigo e inhala el aroma cuando quieras centrarte y ordenar tu mente
y tus emociones.
Si
tienes problemas para dormir debido a patrones de pensamiento
ansiosos o repetitivos, prueba a colocar un difusor con aceite de
ylang-ylang en tu dormitorio antes de acostarte.
-Tess
Whitehurst
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