Jano
es un dios romano que supervisa los comienzos y los finales, las
transiciones y el tiempo. Controla las elecciones, de modo que a
veces sus seguidores piden su ayuda para tomar buenas decisiones.
Asociado con las puertas y los portones, a menudo aparece con una
llave en la mano.
Jano
es más conocido como el dios “de las dos caras”. Sus estatuas y
retratos acostumbran a mostrar dos perfiles laterales unidos en la
parte posterior de la cabeza. Esto simboliza el hecho de mirar hacia
delante y hacia atrás, hacia el pasado y hacia el futuro. Las
primeras representaciones solían mostrar una de las caras sin barba
y la otra con ella, para enseñar la juventud y la madurez. Retratos
posteriores muestran más a menudo ambas caras con barba, como una
imagen reflejada.
Esto
personifica un punto de vista típicamente pagano. Cada final es
también un comienzo. Todo sigue un ciclo; una cosa se transforma
poco a poco en otra. Vivimos nuestra vida siguiendo un patrón en
forma de espiral en vez de uno lineal, del nacimiento a la muerte y
al renacimiento. Como dios de las transiciones y las
transformaciones, Jano supervisa estos aspectos. De este modo puede
ayudar a las personas a que pasen de un camino espiritual a otro.
En
la antigua Roma, Jano era, en un principio, invocado al inicio de
cada ceremonia religiosa, seguido de la deidad a la que se honraba.
Esto funcionaba bien en el paganismo grecorromano contemporáneo. Los
grupos numerosos pueden considerarlo como un modo conveniente de
asegurarse de que todos tienen algo que hacer, mediante la creación
de otro rol.
El
mes de enero toma su nombre del dios Jano. Es el fin del viejo año y
el comienzo del nuevo. De hecho, Jano tiene su festividad el 1 de
enero, día de Año Nuevo. La conexión es apropiada para un mes que
puede tener un clima impredecible: dentro del frío del invierno a
veces se encuentra el deshielo de enero y pueden surgir formidables
tormentas de la nada.
Las
costumbres de Año Nuevo incluyen algunas tradiciones que guardan
paralelismo con el culto a Jano. La gente hace fiestas y banquetes,
populares entre muchos dioses. También hace balance de lo que ha
logrado durante el año anterior o qué quedó a medio camino. Hace
propósitos o se marca objetivos para el nuevo año. Las dos caras de
Jano nos recuerdan que cada año es un nuevo comienzo y que el cierre
de cada año abre nuevas oportunidades en el siguiente.
Adiós
y hola
Para
que este hechizo necesitarás una estatuilla o imagen de Jano, una
lista de cosas malas del año anterior de las que quieras deshacerte
y una relación de cosas buenas que te gustaría atraer para el
próximo año. Justo antes de la medianoche en la víspera de Año
Nuevo, dirígete a la cara izquierda de Jano y di:
Jano,
dios de cerraduras y puertas,
enfréntate al pasado y al año que termina,
destierra la congoja a cosas distantes,
dejándonos ahora libres del miedo.
enfréntate al pasado y al año que termina,
destierra la congoja a cosas distantes,
dejándonos ahora libres del miedo.
Lee
la lista de cosas que quieras olvidar. Espera a que el reloj avance.
Justo después de la medianoche, comienza el día de Año Nuevo
dirigiéndote a la cara derecha de Jano con estas palabras:
Jano
de las dos caras, dios de las puertas,
hacia
el futuro pon tu otra mejilla;
donde
el nuevo año naciente espera,
trae
la buena fortuna que buscamos.
Lee
la lista de cosas que quieres recibir. Da las gracias al dios por su
tiempo y pon fin al ritual.
Correspondencias
de Enero
Animal:
Ganso de nieve o lechuza, oso
Flor:
Clavel, campanilla de invierno
Piedra:
Granate
Planeta
regente: Saturno
-Elizabeth
Barrette
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