Conlleva la misma dificultad que supone llegar a dominar un instrumento musical. Se puede poseer un imponente piano de cola, pero no significa que uno vaya a poder arrancarle unas cuantas notas armónicas.
Ciertamente, tocarlo va a resultar laborioso para el neófito, pero no demasiado. Y acabará consiguiendo la gran satisfacción de verse ejecutando la música predilecta. Lo mismo pasa con la técnica del sueño iluminado por la conciencia.
Por otra parte, también es cierto que algunos ni siquiera necesitan someterse a largos períodos de entrenamiento. De hecho, a veces ya desde la primera noche en que lo intentan obtienen espontáneamente notables resultados.
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