La Luna del Castor, época en la que los cazadores observaban a los castores refugiándose para el invierno, cae en lunes, el día de la Luna.
Dada la proximidad de las vacaciones, esta época de refugiarse también significa para muchos una época de estrés, de alegría forzada y de dejar de lado las emociones por el bien de las situaciones sociales.
Sin embargo, el frío se filtra y, con él, el deseo de refugiarse, descansar y curar viejas heridas.
Encuentra tiempo para envolverte en una manta (o tumbarte bajo una manta pesada) e identificar tus heridas. ¿Qué viejas heridas te siguen doliendo? ¿Qué situaciones actuales también te hacen sentir dolida y rechazada?
No es necesario que actúes sobre ellas ni que las resuelvas, ni siquiera que las defiendas en este momento.
Utiliza un pequeño espacio en tu agenda para anotar esas viejas heridas.
No te juzgues, pero reconoce las heridas para que, cuando tengas que entrar en esas situaciones de presión social, seas consciente de que están ahí.
¿Cómo puedes transmitir un poco de amor a esas heridas?
-Diana Rajchel
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