La
lavanda es otra de nuestras Damas Grises del jardín. Además, tiene
unos encantadores tonos suaves que aparecen a lo largo del verano, y
tendrás una flor ideal para un paisaje, especialmente en un jardín
iluminado por la Luna. En jardines pequeños, los tonos grises y
morados hacen que el espacio parezca menos confinado.
Existen
muchas variedades de lavanda, pero todas tienen su origen en la zona
montañosa del Mediterráneo. Para tener un verano lleno de lavanda,
empieza con L. stoechas, o
lavanda española, que florece en mayo. Para las flores de junio,
añade lavanda inglesa en variedades de Lavandula
angustifolia, como “Hidcote”
y “Munstead”. En julio, las lavandas francesas toman el relevo
con nombres como Lavandula x intermedia
“du Provence”, o Lavandula x intermedia “Grosso”.
Esto
proporcionará un suministro continuo de lavanda para utilizarla como
fungicida, como fragancia relajante o en uno de los baños más
relajantes que puedas imaginar. Purifica tu espacio de rituales con
una infusión o té de lavanda y utilizalo para rociar a los
participante cuando entren en tu círculo.
-J.
D. Hortwort
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