Julio
César nació en el seno de una familia noble alrededor del año 100
a. C. Sus primeros años de vida estuvieron marcados por muchas
desventuras en el amor y en el combate, aunque siempre fue conocido
como un importante orador. Fue elegido primero como tribuno militar,
luego como cuestor, edil curul, sumo pontífice y pretor. En el año
59 a. C. fue elegido cónsul en una contenciosa carrera. Después de
cumplir ese mandato, pasó los siguientes nueve años en la Galia,
conquistando la mayor parte de Europa central. Siguió cosechando
victorias en Egipto y en otros muchos lugares.
En
el año 46 a. C., César regresó a Roma y gobernó de una manera más
autocrática. Trabajó con ahínco para llevar la paz y mejorar la
clase media, pero sus métodos no gustaron a otros nobles. Pronto
comenzó a acuñar moneda a su imagen y semejanza, y autorizó que
las estatuas que lo representaban se adornaran como si fueran dioses.
En febrero del año 44 a. C., César fue nombrado dictador perpetuo.
El 15 de marzo, fue asesinado por sesenta conspiradores, entre ellos
el famoso Marco Junio Bruto.
En
la tradición grecorromana, los semidioses obtenían un rango entre
mortales y dioses. Podían ser hijos de un dios y un mortal, o héroes
que se convirtieron en divinos después de su muerte. Varias
tradiciones consideran que los seres humanos de talento excepcional
pueden llegar a ser siervos divinos de esa esfera de influencia, como
es común en los santos católicos y también en los loas del Vudú.
Julio
César dio su nombre al mes de julio, la cumbre del poder del verano.
A día de hoy es venerado como un modelo de liderazgo y oratoria.
Aunque la gente pueda discutir sobre sus hazañas militares o
políticas, nadie cuestiona sus dotes oratorias. Éstas figuran entre
sus competencias como semidios. Por tanto, puedes utilizarlo para
centrarte en estas áreas.
¡Ave
César! Hechizo para un discurso elocuente
Para
este hechizo necesitas una imagen de Julio César (como la réplica
de una moneda o una estatuilla) y un poco de aceite de laurel. Puedes
llevarlo a cabo en cualquier momento a lo largo de este mes, aunque
la mejor fecha es el día 12 de julio, su cumpleaños. Por la mañana,
unge la imagen con unas gotas de aceite de laurel. Después, exclama:
Espíritu
de Julio César,
el
orador de Roma,
concédeme
la oratoria persuasiva
tanto
fuera de casa como en ella.
Medita
sobre los logros de César y sus discursos. Deja la imagen donde
pueda absorber la energía del sol de verano durante todo el día.
Por la noche, repite el conjuro y unge la imagen de nuevo. Deja la
imagen en tu altar o llévala contigo como un talismán siempre que
necesites un discurso elocuente.
-Elizabeth
Barrette
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