A
medida que mayo va avanzando hacia junio, nos vamos dirigiendo hacia
el cenit del año, Litha o el Solsticio de Verano. Los patios y
jardines ahora cobran vida con lo que yo denomino las “alas del
verano”. Asimismo, el mundo exterior comienza a rebosar vida:
mariposas, insectos voladores y aves añaden su magia a la
naturaleza. Vuelan. Planean. Zumban y revolotean en la mayoría de
lugares al aire libre. Algunos, como las mariposas, aletean con
gracia mientras se alimentan de sus flores favoritas. Mientras las
observo, puedo entender por qué las antiguas civilizaciones de
América creían que las mariposas representaban las almas de los
muertos durante su transición al reino espiritual. Las abejas, las
grandes polinizadoras de nuestra Tierra, están ocupadas cumpliendo
su cometido. Donde vivo, en los Apalaches, antiguamente se creía que
se podía “hablar con las abejas”, porque consideraban que
estaban vinculadas a nivel místico con los seres humanos y también
relacionadas con nuestras vidas. Las libélulas, uno de los insectos
más antiguos, se pueden ver ahora casi rozando los estanques con sus
alas de seda. Naturalmente, las aves con sus plumas de colores
vibrantes y patrones de vuelo únicos son una parte importante de la
procesión alada del verano. Los colibríes se desplazan con tanta
rapidez que aparecen como borrones lanzándose entre las monardas de
mi jardín. Los jilgueros, símbolos mágicos de la buena fortuna,
deslumbran con su plumaje amarillo cuando se posan sobre las zinnias
o las equináceas y se alimentan de las semillas de la flor.
Y
las noches de verano también están vivas con el movimiento de las
alas. Durante el crepúsculo, las luciérnagas brillan un poco
mientras los dedos de la oscuridad se expanden en silencio a través
de céspedes y praderas. Por último, cuando anochece en verano, se
pueden ver las alas de color polvoriento de las polillas revoloteando
junto a las ventanas iluminadas.
Ritual
del sueño de verano creciente
Si
es posible, realiza este ritual una tarde ventosa y soleada al aire
libre. Si lo deseas, puedes usar un tronco o una piedra como un altar
improvisado. Este hechizo puede convertirse en parte de tu práctica
Litha.
Necesitarás
incienso de lavanda, una pluma blanca, un diente de león con la
cabeza de la semilla intacta y algunas flores u hojas de lavanda.
Para enfocar tus pensamientos, usa una fotografía de tu ave o
insecto volador favorito. Por ejemplo, si deseas aumentar la buena
fortuna, la imagen de un jilguero sería apropiada. Si quieres
ampliar tus oportunidades profesionales, una abeja, que simboliza el
trabajo y la organización, sería una buena opción. Comienza
mirando hacia el este y lleva el incienso alrededor de tu zona,
moviéndote hacia la derecha. Empieza y termina en el altar. Utiliza
la pluma para avivar en incienso en todas las direcciones y sobre ti
mismo. Esto depurará tu espacio. Observa la fotografía y piensa en
tu deseo. Visualízalo como un hermoso pájaro o insecto que vuela
hacia el cielo. Inspira y espira tres veces y di:
Libero
mi deseo, mi sueño.
Deja
que emprenda el vuelo.
Mi
deseo está ahora a la vista.
Relájate
un momento y luego toma el diente de león y camina alrededor de tu
espacio. Piensa en tu deseo y sopla las semillas del diente de león
al azar en todas las direcciones. Tu deseo se está extendiendo hacia
el Reino Invisible. Puede alcanzarte de forma inesperada. Como
ofrenda, deja el tallo del diente de león y las flores u hojas de
lavanda en el suelo.
-James
Kambos
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