¿Por
qué nos fascina el fuego? ¿Por qué nos atrae del mismo modo en que
la llama más insignificante atrae a las polillas en el aire de la
noche? El fuego es fundamental para la vida: los seres humanos son
criaturas de sangre caliente que deben mantener el calor y la energía
con el fin de mantenerse con vida. El fuego también es básico para
nuestras almas, es un elemento mágico primario que apela a las
necesidades centrales para la supervivencia de la carne y de la
psique. Cuando pensamos en el fuego, imaginamos al instante energía,
calor y pasión.
Cuando
los seres humanos se reunían alrededor del fuego por la noche para
mantener el calor y estar seguros crearon los primeros círculos de
magia y, para las personas que hoy en día practican la magia,
persiste esta asociación con espacios liminales (que
concierne al comienzo de alguna cosa),
ya sea como el foco meditativo de la llama de una vela, el poder
adivinatorio del fuego, el fuego de la chimenea encendido en una
noche de invierno, la purificación de smudge
(fuego cuyo humo protege los campos de las heladas y de los insectos
en América del Norte), el crepitar prometedor de una hoguera en
Beltane o el uso del fuego en rituales, en ceremonias de iniciación,
celebración o vigilia. Los rituales con fuego son el momento ideal
para aumentar las energías, celebrar los logros y asumir nuevos
retos.
Para
hacer fuego se requieren tres elementos: combustible, aire y una
fuente de ignición. Comienza con un iniciador del fuego. Mi favorito
(de mi amigo Ethan Jewett) es una “bola de gelatina”, una bola de
algodón recubierto e impregnado con vaselina (conserva unas cuantas
en una lata en tu kit mágico). Haz un montón alrededor del
iniciador con materiales puros, como ramas finas y virutas de madera,
sin presionarlos, y luego coloca palos secos de un dedo de grosor
formando un tipi en posición vertical alrededor de la pila. Enciende
el iniciador; a medida que el tipi vaya prendiendo, refuérzalo con
piezas más gruesas. Una vez que el fuego arda de manera constante,
apila trozos resistentes de leña alrededor del tipi, como si se
tratara de una cabaña de madera. Deja espacio entre los componentes
para permitir la circulación del aire.
Prepara
el fuego con antelación y enciéndelo durante la ceremonia; con un
poco de cuidado arderá durante todo el evento. ¡Has encendido el
fuego!
Ritual
de las cenizas
La
magia cordial, la magia de la conexión, es un complemento formidable
para cualquier práctica de magia y puedes utilizarla para otorgar
poderes a tu propia magia con fuego del pasado, el presente o el
futuro.
Cada
vez que trabajes con velas, inciensos, smudge
o cualquier tipo de fuego, guarda parte de las cenizas o una pizca de
hollín. Añade estos restos a un frasco de vidrio con tapa y lleva
un registro con la fecha en que se añadieron las cenizas, el lugar y
las circunstancias.
Después,
cada vez que enciendas un fuego nuevo, empieza por tomar una pizca de
las cenizas del tarro y agrégalas a tus materiales antes de
prenderlos.
Repite
lo siguiente:
Magia
en estas cenizas del pasado,
Recuerdos
unidos al alma, pensados para que perduren.
Añadidas
ahora para encender este fuego,
Presente
y futuro han de inspirar.
Al
finalizar cada trabajo, toma una pizca de los restos y agrégala de
nuevo a tu frasco de cenizas. A medida que las cenizas se vayan
acumulando, mantendrán el poder y la memoria colectiva de toda la
magia que has realizado con fuego: ¡poderosa y cordial magia para
enriquecer tus fuegos!
-Susan
Pesznecker
Animal:
Pájaro carpintero, salmón
Flor:
Espuela de caballero, lirio de
agua
Piedra:
Rubí, turquesa
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