Según la mitología, la menta debe su nombre a una bella ninfa llamada Minta que atrajo la atención del dios griego Hades. La esposa de éste, Perséfone, se enteró del encaprichamiento y decidió ocuparse personalmente del asunto. Convirtió a la ninfa en una planta siempre destinada a crecer en la sombra. La menta es un condimento clásico debido a su aroma fresco y vigorizante. Es popular en la cocina y en la pastelería y también es una buena planta mágica. Cultivada alrededor de la casa añade protección mágica. En la tradición del folclore floral, la menta es una planta apreciada por las brujas para sus hechizos y amuletos herbales. Hoy en día, las brujas trabajan con la menta para propiciar prosperidad y pasiones sensuales; no obstante, en la práctica, la menta sigue siendo una planta mágica con otras múltiples aplicaciones. Se pueden añadir las hojas en encantamientos, bolsitas, amuletos de protección y almohadas para favorecer románticos sueños, prosperidad, protección, sanación y buena suerte. El elemento correspondiente es el aire y los planetas son Mercurio y Plutón. En el lenguaje victoriano de las flores, significa virtud y sentimientos afectuosos.
Ellen Dugan
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