Aunque
el ópalo y la turmalina se consideran las gemas asociadas a octubre,
para mí, las verdaderas joyas de la corona de este mes son las bayas
de color naranja brillante de la vid agridulce. Cuando trepan sin
control por los árboles o sobre viejas cercas, las bayas agridulces
llenan de joyas los bosques en octubre. Después de que la mayoría
de las plantas hayan inclinado sus cabezas ante las heladas del
otoño, la vid agridulce deslumbra el campo. Es ahora cuando se abren
sus cáscaras morenas para descubrir las bayas de color naranja que
penden en racimos y rivalizan con la belleza de cualquier piedra
preciosa. Las bayas son, en realidad, vainas cubiertas por arilo. Es
fácil entender por qué la vid agridulce es una de las plantas
preferidas por los floristas y los artesanos en otoño. Las bayas
quedan muy bien en los arreglos, las coronas de flores o simplemente
colgando de una puerta.
Me
refiero a la dulcamara americana, cuyo nombre científico es
Celastrus scandens (y no es la variedad asiática invasora),
que crece en gran parte del centro y del este de América del Norte.
Es una enredadera leñosa que florece en junio, pero reserva su
belleza para el otoño, momento en que maduran sus vainas. La
dulcamara no es sólo decorativa. También está relacionada desde
hace mucho con el folclore y la magia. Es una hierba masculina que
está regida por Mercurio y que goza de un gran prestigio como hierba
curativa y protectora. Durante siglos se ha utilizado para proteger
contra la magia negativa, la hechicería y el mal de ojo. Cuando se
alinea con el elemento aire, también se puede emplear para llevar a
cabo un cambio positivo en la magia del amor o para sanar un corazón
roto.
Colgar
dulcamara agridulce en nuestro hogar puede protegernos de la
negatividad. Sin embargo, para mejorar las cualidades de limpieza de
esta planta, prueba el siguiente hechizo:
Hechizo
para la protección con dulcamara
Si
crees que has sido objeto de la magia negativa o simplemente
consideras que necesitas limpiar y proteger tu espacio, este hechizo
es perfecto para esta época del año. Este ritual debe realizarse
después de anochecer, preferiblemente dos o tres noches después de
la Luna Llena. Cubre tu altar con tele color azul o
gris claro. Sobre la misma, coloca una vela gris y tu caldero.
También necesitarás unos cubitos de hielo, agua, una pizca de sal y
9 bayas agridulces. Además, puedes tener tantas ramitas de dulcamara
en la mano como desees. Para el incienso, quema clavo de olor o
copal. El clavo de olor será útil si sienes necesidad de desterrar
energías malignas. El copal es una buena opción si deseas llevar a
cabo una sanación. Ambos son excelentes para la protección.
Para
empezar, enciende la vela, sostenla y muévete en todas las
direcciones mientras dices:
Ilumino
mi camino hacia la paz y destierro todos los males de este lugar.
Pon
la vela en el altar y enciende el incienso. Vierte el agua en el
caldero y agrega el hielo, la sal y las bayas de dulcamara. Remueve
la mezcla con tu mano del poder en sentido contrario a las agujas del
reloj. Siente cómo el hielo bloquea la energía negativa e impide
que crezca. Imagina cómo la dulcamara libera sus poderes protectores
en el agua. Sumerge las ramitas de dulcamara en el agua. Lleva una de
las ramitas alrededor de tu círculo mágico o de la sala, rociando
el agua sobre la marcha. Advierte cómo se limpia el espacio,
“observa” cómo la dulcamara repele toda la energía oscura.
Regresa al altar y di:
Con
esta hierba sagrada llamada dulcamara,
Este
espacio ha sido limpiado.
Termina
el ritual vertiendo con respeto la mezcla de agua al exterior. Puedes
usar las ramitas de dulcamara de esta ceremonia para hacer
decoraciones de otoño.
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James Kambos